La iniciativa emprendedora se suele percibir como un movimiento, una dinámica o una voluntad de carácter disruptivo, que busca cambiar las reglas de juego creando algo novedoso, diferente y capaz de solucionar, o por lo menos, facilitar la vida de muchos individuos. El emprendedor generalmente inicia su andadura de manera solitaria o con un equipo muy reducido, pues ante todo se caracteriza por la flexibilidad de su estructura informal, que le permite adaptarse al entorno de manera casi inmediata, debido a los pocos costes que genera su actividad y las escasas obligaciones que suele tener con otros agentes de la sociedad. No obstante, ¿qué pasaría si dicho individuo emprendedor estuviera empleado en la empresa familiar? ¿Debería renunciar a sus sueños en pos del beneficio de la organización y la familia? ¿O quizás seguir su propio camino? Una posible respuesta a estas preguntas es la Iniciativa Emprendedora Intergeneracional.
Suele ocurrir que en empresas familiares, la transición entre una generación y otra acabe resultando complicada e incluso traumática, debido a desavenencias entre dos visiones radicalmente opuestas, conflictos latentes o la incapacidad de los sucesores de mejorar lo realizado por sus antecesores. Sin lugar a dudas, la figura del fundador es muy importante, pues es éste quien mediante su carisma o buen hacer consigue que la empresa salga hacia adelante, que crezca en el mercado y que gane relevancia con clientes y proveedores. Asimismo, su presencia y manera de ser suele determinar la cultura de la empresa e infiere en todos los recovecos de esta. Es por ello, que el fundador, siendo consciente de su huella en la organización, debe garantizar mediante una serie de requisitos e intervenciones, que otros miembros de la familia o de la organización puedan desarrollar paralela y posteriormente sus propias carreras profesionales, habilitar éstos a probar, emprender y buscar nuevas propuestas, para que cuando el fundador no esté en la compañía, los sucesores puedan tomar su legado y continuar en la senda del crecimiento.
La Iniciativa Emprendedora Intergeneracional juega un papel vital en este aspecto, pues hace referencia a toda actividad desarrollada en el seno de una organización con el fin de revitalizar ésta durante la gestión actual o posterior de la generación entrante. Mediante esta práctica se permite liberar el potencial emprendedor e innovador de individuos de la familia que quieran probar suerte sin tener que abandonar la empresa familiar y a su vez, garantizar el crecimiento de la organización mediante la gestión de individuos que han podido desarrollar su valía y que disponen de espíritu emprendedor, esencial para que la empresa pueda expandirse. No obstante, todo esto no es factible a menos que la generación anterior haya sido capaz de preparar el terreno mediante una serie de requisitos, como cambios dentro de la organización para dotar de flexibilidad a esta o una re-estructuración financiera para garantizar temas candentes como el control de la organización o la retribución a los fundadores.
Una vez las condiciones son buenas, entonces las nuevas generaciones pueden intervenir en la empresa mediante prácticas como la diversificación de cartera y negocio, crear divisiones de capital riesgo para fomentar la práctica emprendedora de manera controlada y minimizando impactos negativos, planificar un nuevo sistema de remuneraciones más motivador para los trabajadores o sistemas de información más efectivos para descubrir nuevas oportunidades de negocio y de emprendeduría.
Así pues, la Iniciativa Emprendedora Intergeneracional tiene como objetivo identificar las pautas a seguir para aquellas empresas familiares que quieran renovarse y seguir creciendo durante la transición entre una generación veterana y experta y una generación joven pero sumamente ambiciosa, con ganas de demostrar su talento y su buen hacer. A su vez, se permite a familiares emprendedores no tener que abandonar el negocio, sino a adaptar su talento para emprender a las necesidades de la empresa, la cual, previamente, habrá diseñado una serie de políticas y actuaciones internas para garantizar la posibilidad de emprender sin que ello repercuta negativamente en la actividad principal de la organización.
- La iniciativa emprendedora desde un punto de vista práctico:
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- Empresa e iniciativa emprendedora:
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- Sensibilizar a la organización:
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- Emprendeduría de PYMES y grandes empresas:
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