El fracaso es una realidad inherente al emprendimiento. Por ello, resulta imposible eliminar de forma total la posibilidad de fracasar a la hora de crear una empresa o desarrollar un proyecto emprendedor. Pero sí que es posible minimizar el riesgo de fracasar, mediante el conocimiento de los principales errores que, habitualmente, cometen los emprendedores. Y es que los datos nos dicen que, de cada 10 empresas, sólo 2 consiguen sobrevivir más de 5 años desde el momento de su creación. Este hecho hace realmente importante tener presentes dichos errores de cara a evitar cometerlos en el momento de aventurarnos a emprender, así como durante el transcurso del proyecto.
La experiencia nos permite diferenciar estos errores agrupándolos en tres categorías delimitadas por el origen de los mismos. Por una parte, encontramos los errores de gestión emocional. Éstos se refieren al carácter y características personales del emprendedor, y destacamos principalmente la falta de habilidades y de perfil emprendedor, el exceso o la falta de confianza en uno mismo, la ausencia de delegación de tareas, no saber gestionar adecuadamente el conflicto, ya sea con socios, colaboradores o empleados, la falta de perseverancia o emprender por un motivo concreto, pero sin motivación por el proyecto.
Por otro lado encontramos los errores derivados de la capacitación del emprendedor, es decir, de sus habilidades y aptitudes. Entre otros, destacamos la falta de formación empresarial y técnica adecuada al negocio, la ausencia de medios técnicos necesarios, la selección de socios inadecuados o incluso innecesarios, y no saber delegar aquellas tareas que por falta de formación el emprendedor no es capaz de ejecutar adecuadamente. Finalmente, existen errores de financiación y gestión empresarial. Éstos son, la falta de previsión financiera al inicio del proyecto, así como durante el desarrollo del mismo, la elaboración de un plan de empresa no ajustado a la realidad y, sin haber realizado un estudio de mercado previo adecuado, no cumplir con los presupuestos marcados, enfocar la estrategia empresarial a un mercado demasiado pequeño o no integrar la innovación e investigación en la organización como factor clave de éxito.
Resumiendo, los emprendedores deben conocer los errores en los que se incurre con mayor asiduidad, buscando con ello poder minimizar el riesgo de que la nueva empresa fracase y cese su actividad. De ese modo, los emprendedores pueden afrontar con mayores garantías la ardua tarea de crear una empresa.
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