Imagine una situación en la que a su equipo se le asigna un importante proyecto de innovación. Después de reunirse con los dirigentes y como líder del equipo que lo desarrollará, usted está al cargo de redefinir el proyecto y aportar rápidamente soluciones efectivas. Se trata de un proyecto vital en el cual usted no quiere defraudar a la compañía.
Los directores le pedirán que actúe con la mayor brevedad posible. En cambio, su equipo le pide más tiempo y espacio para realizar las pruebas necesarias y que el innovador proyecto alcance los objetivos fijados.
Con un escenario similar al anteriormente mencionado, ¿cuál sería su enfoque de liderazgo? ¿Se concentra en la entrega de resultados a corto plazo, ya que los dirigentes lo requieren, o no se centran en el apoyo a su equipo de gestión?
Según un artículo publicado en la revista Forbes por Henry Doss, si usted quiere liderar desde la innovación se enfrentará continuamente a dilemas parecidos al mostrado anteriormente. Una forma eficaz de reflexionar sobre este problema en el liderazgo innovador consiste en pensar menos sobre qué hacer y mucho más sobre cuál será el óptimo punto de vista a adoptar, es decir, cómo hacerlo.
Es igualmente importante responder ante sus superiores entregando el proyecto dentro del plazo fijado, como apoyar a su equipo cuando estos requieran de más tiempo. Su tendencia natural será tomar una decisión y actuar acorde con la misma. Las personas estamos programadas para decidir, posicionarnos, actuar y centrar nuestras energías en el desarrollo de la decisión tomada. Sin embargo, tomar una decisión en la mayoría de los casos implica establecer prioridades relegando a un segundo plano posibles hallazgos innovadores importantes y de esta forma terminando al mismo tiempo con el liderazgo innovador.
Se trata de un final definitivo ya que siempre surgirán nuevos objetivos imprescindibles que serán priorizados ante el posible hallazgo que ya se relegó con anterioridad. Se trata de una lucha constante entre el mundo de la creación e innovación y el mundo de la estabilidad y continuidad, entre la libertad y las ataduras. Estamos constantemente caminando entre ambos mundos.
Un líder con estilo de liderazgo innovador está muy concienciado sobre la importancia de ambos: entregar el proyecto a tiempo y apoyar al equipo. Él debe considerar que ambas cosas son críticas y debe evitar caer en la tentación de separarlas. El reto esencial al que se enfrenta un líder innovador está en preguntarse cómo conseguir los dos resultados opuestos al mismo tiempo.
La respuesta es conocer bien la distinción entre qué decido y cómo decido. El líder innovador, una vez conoce el marco de las diferentes opciones, reflexiona sobre las limitaciones inmediatas que cualquier decisión pueda representar: hacer esto implica no hacer aquello.
La cuestión no reside en evitar la elección sino en saber evaluar el impacto de las decisiones. El líder innovador está completamente al corriente sobre la necesidad de avanzar con el proyecto y al mismo tiempo sobre el plazo operativo de las decisiones a tomar.
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