El entorno actual en el que se mueven las empresas les obliga a adaptarse él y, por consiguiente, realizar cambios en su organización también en la gestión de su negocio. Las empresas que esperan poder sobrevivir en el mercado en el contexto de crisis actual han de arriesgarse y, por lo tanto, salir de su zona de confort. Esto quiere decir empezar a hacer las cosas de manera diferente respecto a cómo lo hacían en el pasado.
Por un lado hay empresas que deciden resistirse al cambio porque no ven ninguna ventaja a realizarlo y porque no lo entienden. Por otro lado, hay otras organizaciones que, aunque queriendo hacer cambios en su modelo de negocio, no saben cómo llevarlo a cabo.
John Kotter, profesor de la prestigiosa escuela de negocios de Harvard, aconseja a las organizaciones hoy en día de ejecutar una serie de ocho etapas para implementar un cambio organizativo con las mayores probabilidades de éxito.
• Establecer una sensación de urgencia: consiste en encontrar potenciales crisis y oportunidades para explotar. Es imprescindible esta primera etapa para conseguir la cooperación de las partes implicadas.
• Crear una coalición guía: es necesario formar coaliciones fuertes, con equipos comprometidos que estén compuestos por personas con habilidades de liderazgo y gestión.
• Desarrollar una visión y una estrategia: la visión ha de ser un instrumento que guíe a la empresa en la dirección más adecuada. Dicha visión ha de involucrar a las partes implicadas en el proceso de cambio.
• Comunicar la visión de cambio: la visión de cambio debe comunicarse de manera frecuente y efectiva. Dicha visión ha de estar presente en todas las actividades que se desarrollan de la organización.
• Empoderar una acción con base amplia: los empleados deben compartir el sentido de propósito de la organización y estar capacitados para convertir en realidad la visión.
• Generar victorias a corto plazo: permiten motivar a todas las personas involucradas en el proceso de cambio. Las victorias a corto plazo son visibles, concisas y son la clara evidencia de que el esfuerzo vale la pena.
• Consolidar los logros y producir más cambios: la credibilidad ganada con los beneficios a corto plazo de la fase anterior debe servir para poder modificar más estructuras y sistemas.
• Anclar los nuevos enfoques en la cultura: para que el cambio se pueda producir y tenga posibilidades de éxito deberá anclarse en la cultura corporativa.
Ahora bien, estas ocho fases no se pueden considerar una fórmula mágica para desarrollar con éxito el cambio en una organización, pero sí es verdad que pueden servir de guía para aquellas empresas que experimentan dificultades a la hora de querer implementar el cambio en su modelo de negocio.
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