Tradicionalmente, los economistas y financieros como Milton Friedman afirmaban que la única responsabilidad de la compañía debe ser la de incrementar su rentabilidad y conseguir cuantos más beneficios mejor. Sin embargo, en la actualidad hay otro tipo de organizaciones que creen que las empresas son una parte indispensable de la sociedad. Estas empresas equiparan sus obligaciones a las de los otros agentes sociales como las familias o el gobierno.
Es evidente que la finalidad de las empresas es obtener beneficios, sin embargo en sus manos está la elección de cómo hacerlo. Las empresas que actúan como agentes sociales deciden invertir en el futuro, siendo conscientes de las necesidades de la sociedad. Estas organizaciones funcionan como vehículos para conseguir retos sociales y proporcionar un modo de vida a aquellos que trabajan en la misma. El valor credo por estas compañías no debe ser mesurado con la rentabilidad a corto plazo sino también valorar las condiciones para perdurar en el tiempo. Esta lógica de la empresa debe estar alineada con la obtención de beneficios pero no subordinada a ello.
Además, debido a la globalización incrementa la velocidad del cambio y existe un mayor número de competidores provenientes de diversos lugares que puede sorprender a la organización. Una organización global requiere de la innovación y para ello es necesaria la imaginación, la motivación y la colaboración del personal. Rosabeth Moss Kanter, en su artículo para la Harvard Business Review explica 6 formas en las que las organizaciones que actúan como agente social tienen una ventaja sobre el resto de empresas.
1. Propósito común: concebir la empresa como una institución social sirve como amortiguador frente a la incertidumbre y el cambio, proporcionando una identidad coherente a las empresas. La globalización desvincula a la empresa de una sociedad determinada, pero al mismo tiempo requiere que se internalicen las necesidades de más sociedades. En definitiva, la actuación social proporciona una dirección estratégica y una motivación para dirigir las diferentes líneas de negocio en diferentes países.
2. Focalizarse en el largo plazo: una empresa que se considera un agente social genera unas perspectivas a largo plazo que pueden justificar sacrificios financieros a corto plazo para alcanzar el éxito y perdurar en el tiempo. Estos sacrificios deben darse cuando los beneficios a corto plazo no están alineados con los valores de la compañía. Hay inversiones como la de invertir en la parte humana de la compañía que pueden no ser justificadas con retornos económicos inmediatos pero que ayudan a crear organizaciones sostenibles en el tiempo.
3. Compromiso emocional: la transformación de valores puede evocar emociones positivas, estimular la motivación e impulsar la auto-regulación. La racionalidad utilitaria no es la única fuerza para dirigir el rendimiento de la empresa, las emociones también juegan un papel importante. Los estados de ánimo afectan al desempeño del trabajo en aspectos como el absentismo, la salud o las energías dedicadas a la realización de la tarea. El estado de los trabajadores influencia al rendimiento del grupo. Por este motivo, una correcta comprensión de los valores y principios puede atraer las emociones de los trabajadores logrando así aumentar su compromiso para con la empresa.
4. Asociarse con el público: la necesidad de cruzar fronteras y sectores para aprovechar nuevas oportunidades de negocio debe ir acompañado por la preocupación por los asuntos públicos más allá de los confines de la empresa. Esto requiere de la colaboración público-privada en la que los ejecutivos consideran los intereses sociales juntamente con los intereses comerciales.
La paradoja de la globalización es que ha incrementado la necesidad de conexiones locales. Las empresas situadas en diferentes áreas geográficas deben construir relaciones con el gobierno, entes públicos, proveedores y clientes para garantizar que los intereses sociales estén alineados con los de la empresa aunque las circunstancias cambien. Además, estos agentes externos también estarán interesados en mantener la contribución que hace la empresa en la comunidad local. El grado de esfuerzo e involucración que requiere por parte de los ejecutivos, va mucho más allá del marketing o de las ventas.
5. Innovación: debe articularse un propósito más allá de encontrar solamente formas de sacar beneficios económicos, este propósito puede guiar la estrategia y las acciones de la empresa, abrir nuevos recursos para innovar y para ayudar a los empleados a expresar tanto sus valores personales como los valores corporativos en el día a día. Prestar atención a las necesidades de la sociedad que te rodea suele generar ideas innovadoras con gran potencial.
6. Auto-organización: las empresas que se consideran agentes sociales asumen que se puede confiar en las personas y que pueden confiar en las relaciones con ellos y no basarse solamente en las reglas y estructuras. Estas empresas tratan a los empleados como profesionales auto-suficientes que saben coordinar e integrar las actividades creadas por ellos mismos y generar nuevas ideas.
Además, consideran que los empleados no buscan hacer lo mínimo y recibir un sueldo a final de mes, sino que creen que los empleados son capaces de realizar sus propias elecciones sobre qué ideas quieren desarrollar, saber dónde quieren focalizar sus esfuerzos y definir la influencia que estas ideas puedan tener en el desarrollo de su trabajo. Asimismo, los gerentes de este tipo de organizaciones están convencidos de que las estructuras formales pueden ser muy generales y rígidas para dejar fluir libremente las ideas. La rigidez mata a la innovación. La auto-organización, la informalidad, las redes de contacto temporales y la facilidad para cambiar crean más rápidamente conexiones entre las personas y los recursos.
Estos 6 principios descritos comparten muchas características y están interrelacionados. Especialmente cuando se trata de empresas con presencia global. Las empresas deben empezar a preocuparse por su entorno y, como se ha visto a lo largo del artículo, ser socialmente responsables puede ser beneficioso a largo plazo.
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