Debido al creciente interés entorno las aceleradoras de negocios y las incubadoras es importante conocer las diferencias entre ambos términos, ya que mucha gente los confunde y mezcla indistintamente. Fernando Sepúlveda, gerente de Impulsa Business Accelerator y anteriormente director asociado en McKinsey & Company Inc., explica en su artículo en Inc. Magazine las diferencias entre ellos.
Aunque la finalidad que persiguen ambos negocios es la de tutelar y guiar a las start-ups para incrementar sus posibilidades de éxito, hay algunos aspectos importantes en los que divergen.
Una incubadora de negocios se encarga de mejorar las probabilidades de éxito de la start-up ofreciéndole recursos y servicios imprescindibles en las primeras fases de desarrollo del negocio como pueden ser servicios profesionales, espacio en las oficinas o asesoramiento empresarial. Suele establecerse un equipo externo que ayuda en el desarrollo de las cuestiones internas del negocio.
En general, las start-ups participantes pagan una cuota mensual para participar en el programa. Además, cabe decir que las incubadoras de negocios no suelen establecer un tiempo determinado de permanencia de las start-ups dentro del programa.
Tal como hemos anticipado, la finalidad de un acelerador de empresas es la misma que la de una incubadora de negocios. Sin embargo, los medios utilizados para llegar a este fin son muy diferentes. Una vez las empresas ya empiezan a funcionar, las aceleradoras se encargan de fortalecer la empresa y guiarla hacia el desarrollo y crecimiento del negocio.
Durante las etapas de crecimiento, las empresas muchas veces se atrincheran en el día a día y pueden perder su visión a largo plazo o relegar las características que los identifican. Es en este momento en el que actúan las aceleradoras. Estos programas si están limitados en el tiempo y suelen durar entre 3 y 4 meses.
Así pues, podríamos definir una incubadora como el agente que guía a la empresa durante su infancia. La ayuda a aprender a andar y le proporciona un entorno seguro en sus primeros pasos para poder desarrollarse y mantenerse en pie.
En cambio, una aceleradora es la encargada de guiar a la empresa en el cambio de adolescencia a la edad adulta. En esta etapa ayuda a la empresa a desarrollar su identidad y fortalecerse. Le enseña cómo correr una vez ya ha aprendido a andar.
