Existen personas con una habilidad innata para hablar en público y hacer presentaciones, las cuales se sienten cómodas hablando ante audiencias de todos los tamaños y logran transmitir su mensaje de forma clara y efectiva. En cambio, otras sienten un gran nerviosismo y el conocido como miedo escénico, lo que empeora la calidad de su discurso y dificulta la correcta transmisión del mensaje e informaciones que se pretenden compartir con el público.
A pesar de ello, encontramos una serie de errores muy comunes en los que habitualmente incurren todo tipo de personas, los cuales empeoran sustancialmente la calidad de la presentación. El conocimiento de estos errores se hace imprescindible para lograr ejecutar presentaciones efectivas, ya que logran una mejora sustancial de la calidad de las mismas y ayudan a garantizar que el mensaje sea transmitido y asimilado correctamente por la audiencia.
Por tanto, aquellas personas que quieran mejorar su capacidad para ejecutar presentaciones deben tener siempre presente estos errores, tanto a la hora de preparar sus presentaciones como a la hora de su ejecución. Estos errores de los que hablamos, son los siguientes:
- No conocer al público: este es un punto clave a la hora de preparar una presentación. El objetivo final es transmitir una información al público, captando su atención, por lo que saber cuáles son sus necesidades e intereses se hace imprescindible para poder lograrlo.
- No captar la atención de la audiencia: antes de lanzarnos a presentar el tema central de nuestra presentación, tenemos que haber captado la atención de los oyentes. De lo contrario, la transmisión de información perdería eficacia y la presentación podría resultar un fracaso.
- No facilitar una guía al público: los oyentes necesitan una guía o roadmap que les ayude a seguir el hilo de la presentación, asegurando que entiendan cómo ésta se estructura y facilitando la asimilación de información.
- Presentar sin ayuda visual: los elementos visuales ayudan a captar la atención del oyente y, sobre todo, ayudan a que éste asimile mejor la información transmitida.
- Usar apoyos visuales sin relación con el mensaje: el apoyo visual resulta de gran ayuda, pero siempre debe ir enfocado a la información que queremos transmitir. Se pierde toda la potencia de los elementos visuales cuando éstos no responden a los mensajes que queremos transmitir al oyente.
- No dejar al apoyo visual hacer su trabajo: acciones tales como tapar los elementos visuales, dar la espalda al público y mirar a pantalla o saltar diapositivas demasiado rápido hacen que los elementos visuales pierdan su función y, en consecuencia, su utilidad como apoyos a la presentación.
- Presentar sin pasión: no se puede presentar sin transmitir pasión al público. Además de dar confianza y seguridad, mostrarse apasionado por lo que se transmite ayuda a captar la atención del público y lo hace más receptivo al mensaje transmitido.
En conclusión, conociendo los errores más habituales podremos evitar cometerlos a la hora de ejecutar presentaciones, lo cual nos permitirá lograr mejores resultados en cuanto a la calidad de las mismas, la transmisión de información y la reacción del público hacia el mensaje transmitido.