Los momentos por los que está pasando nuestra sociedad no son nada fáciles, y en un entorno de crisis como el actual, muchas empresas se preguntan cómo deberían actuar sus responsables para afrontar esta complicada situación.
Muchos responden afirmando que estos responsables no deben ser simples jefes si no que deben convertirse, además, en líderes siendo capaces de llevar a la acción a sus empleados, inspirándolos motivándolos y haciéndolos más productivos. Y como cada vez que se habla de liderazgo, uno se pregunta “el líder ¿nace o se hace?”. Realmente no se sabe a ciencia cierta y hay multitud de opiniones al respecto.
Algunos investigadores han analizado la influencia genética y la educación de los niños a la hora de valorar sus capacidades de liderazgo. J.A. Vallejo-Nágera, en su libro Guía práctica de la Psicología nos explica que genéticamente se transmiten ciertas características que conforman la estructura de la personalidad. La inteligencia o el temperamento son algunos ejemplos. Pero también se debe tener en cuenta el papel de los padres a la hora de enseñar los valores que predisponen al niño a asumir responsabilidades, y a asumir grandes capacidades de liderazgo.
Por tanto, el ambiente en el que nos desenvolvemos, especialmente en las etapas tempranas de la vida, moldea nuestra personalidad y hace que esta tienda en mayor o menos medida hacia una capacidad de liderazgo. Pero el hecho que la experiencia personal de cada uno proporcione capacidades naturales para ejercer como líderes, no significa que este no pueda formarse. Un líder puede construirse o potenciarse a través del aprendizaje. Un líder es aquel individuo con habilidades de inspirar, guiar y definir los objetivos claros, de tal manera que el grupo receptor tenga una visión más objetiva de lo que se espera de su trabajo. Y estas habilidades pueden aprenderse, el único requisito para llegar a ser un buen líder es la voluntad de serlo.
A continuación mostramos las diferentes etapas, que presenta John Maxwell en su libro “Liderazgo, Principios de Oro”, y que toda persona debería pasar hasta convertirse en un buen líder:
1. Posición. En este primer nivel la gente le sigue porque tienen que hacerlo.
2. Permiso. En este nivel la gente le sigue porque quiere seguirlo.
3. Producción. En esta etapa la gente le sigue por lo que usted ha hecho por la organización.
4. Desarrollo humano. La gente le sigue por lo que usted ha hecho por ellos.
5. Personalidad. La gente le sigue por lo que usted es y lo que representa.
Para concluir, le recomendamos que estudie y conozca a los miembros de su equipo. Sea la inspiración y el ejemplo de sus empleados, delegue en ellos confiriéndoles más responsabilidades. De esta manera pasará de ser de un jefe que ordena a un líder que entusiasma.
