El cambio en las empresas es algo que por costumbre no gusta y asusta, pero no podemos evitar que ocurra. Hay dos opciones: adaptarse al cambio o quedarse atrás. No es fácil cambiar, pero la verdad es que a veces el cambio es bueno. El entorno en el que se mueven actualmente las organizaciones es dinámico y complejo. Por ello, es imprescindible que las empresas no se queden ‘dormidas’ y estén continuamente innovando y cambiando para lograr mejoras.
El problema es que hoy en día existen muchas organizaciones que, o se resisten al cambio o que hablan de teorías sobre el cambio, pero que no logran llevarlo a la práctica. Debemos conocer las motivaciones de la resistencia al cambio para poder gestionarlas y lograr un mayor grado de aceptación del mismo.
Existen tres niveles de resistencia personal frente al cambio: no conocer, no poder, no querer.
• No conocer: está relacionado con la ignorancia y desconocimiento respecto a
lo que ocurre en la organización. Este primer nivel de resistencia está relacionado por una carencia de comunicación, entre las partes involucradas, sobre el proyecto de cambio.
• No poder: ocurre cuando hay una sensación de no saber cómo realizar las tareas o tener las habilidades requeridas por la nueva situación de cambio. Dicha sensación de inmovilidad promueve una cultura organizativa que limita la posibilidad de asumir riesgos.
• No querer: está relacionado con la falta de verdadera voluntad de cambiar por parte de los trabajadores de la organización. La razón es que consideran que el cambio no les conviene a ellos o al conjunto de la organización, o que simplemente no desean salir de su zona de confort.
Una vez que se conocen las causas de la resistencia al cambio hay que actuar para acabar con dichos obstáculos. Es vital que las empresas sigan reinventándose constantemente debido a que el mundo puede cambiar en un instante y no hay tiempo para mirar atrás. A veces los cambios son forzados, otras veces suceden por accidente. En ambos casos las empresas deberían aprovecharse al máximo de ellos.
Las empresas que tengan éxito serán las que cambien, se adapten y creen nuevas versiones de la compañía, estando seguros que los cambios constituyen una mejora respecto a la situación anterior.
Por último, y a modo de conclusión, cuanto más grande es la inversión mayor será el retorno. Pero hay que estar dispuestos a asumir el riesgo. Si se invierte adecuadamente y se aprovechan las oportunidades, la recompensa le sorprenderá.
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Hola Matilde, muy interesante tu artículo.
En efecto, uno de los fenomenos en el terreno empresarial que hemos detectado es una resisencia al cambio, a utilizar esta fabulosa herramienta que es internet.
Por tal motivo nos hemos dado a la tarea de promover cursos básicos de mercadotecnia para las empresas a nivel local pero con caracter presencial. La respuesta ha sido satisfactoria en un porcentaje considerable.
Saludos.